¿Cuántas veces te haz dicho “comienzo el lunes a hacer ejercicios”, “…a comer bien”, “…a levantarme temprano” o “…a tomar más agua”?
¿Sabías que tienes la capacidad y el poder para tomar control de tus acciones?
Muchas veces escuchamos la palabra habito y no le prestamos atención. Sin embargo, tengo que decirte que esta simple palabra tiene el poder de otorgarte o negarte el control de tu vida.
Te explico, imagina que tienes como meta el participar en un maratón. Lo primero que sabes que tienes que hacer es entrenar. Llega el primer día para comenzar a prepararte, pones la alarma porque deseas entrenar para poder estar preparada o preparado para el gran día, pero qué sucede, suena la alarma e inmediatamente te das cuenta que tienes un hábito bien poderoso y arraigado, ¡5 minutitos más! …y apagas la alarma.
Un hábito es el resultado de una acción positiva o negativa que se repite. Esta acción va a depender de ti y de cuál sea tu meta u objetivo.
Para cumplir con un objetivo o una meta, sea cual sea, se requiere de motivación y esfuerzo para desarrollar los hábitos necesarios para alcanzar el éxito. Por ejemplo, en el caso hipotético que mencionamos de correr en un maratón, establecimos que el peor habito que debemos superar para poder prepararnos para ese maratón, es el de quedarnos durmiendo esos “5 minutitos más”. Tú deseas comenzar a crear un hábito de correr todas las mañanas y poder entrenar para ese maratón, pero la realidad es que nadie puede crear un hábito de correr todas las mañanas, porque esto también es una meta.
El correr o entrenar son metas a corto plazo que debemos realizar para lograr nuestra meta a largo plazo de correr en el maratón. Entonces, ¿qué podemos hacer? Comencemos por el simple hábito de ponernos los tenis. Tan pronto suene esa alarma, ¡0 minutitos más y ponte los tenis! Si creas el hábito de ponerte los tenis inmediatamente por la mañana, ya habrás hecho un gran esfuerzo y un paso sólido para cumplir con tu meta.
¿Cuál es tu brújula?
Para desarrollar hábitos saludables, es necesario que tomemos acciones que nos saquen de nuestra zona de confort. De la misma manera, es necesario que descubramos cuáles son aquellas cosas que nos motivan a salir de nuestra zona de confort. ¿Cuáles son aquellas cosas que queremos lograr y por qué? Tu brújula debe ser tu objetivo y tu meta, estos son necesarios para saber a dónde te diriges y te ayudan a identificar la dirección en la que te deseas mover.
Concéntrate en una meta que deseas lograr largo plazo, un objetivo, escríbela y acompáñala de su por qué. Escribe luego las metas a corto plazo que necesitas para lograr tu objetivo y ponle fecha de comienzo. Por último, escribe el primer hábito que vas a cambiar o desarrollar para lograrlo y comienza ahora mismo.
Enfócate en el proceso
Tener metas a largo plazo es muy importante, por ejemplo, alcanzar un peso saludable, correr en un maratón, alcanzar el éxito en nuestros negocios, etcétera. Pero muchas veces nos enfocamos demasiado en eso que aún no hemos alcanzado y esto solo nos hace pensar en cuán lejos estamos de nuestras metas. ¡Enfoquémonos y disfrutémonos el maravilloso proceso de cambio!
Regresemos a la meta de correr el maratón, sabemos que primero debemos entrenar, también aprendimos que el primer hábito que podemos desarrollar es el de simplemente ponernos los tenis, pero no tiene que ser cualquier par de tenis. Vamos a comprarnos un tenis que nos enamoren, vamos a buscar información por Internet sobre cuáles son los mejores tenis, los colores que nos gustan y vámonos de shopping. ¡Enfócate y disfrútate el proceso!
“Somos el resultado de lo que hacemos repetidamente. La excelencia entonces no es un acto, sino un hábito.” ~Aristóteles
Leave A Comment